Si quieres perder peso rápido, intenta comer más despacio
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- 23 ago 2015
- 2 Min. de lectura

Comer despacio es un consejo que muchos recibimos cuando intentamos deshacernos de los kilos de más, pero más que eso, resulta un recurso científicamente probado para ayudarnos a adelgazar. Por ello, si quieres perder peso rápido, intenta comer más despacio.
¿Por qué comer despacio?
Lo primero para implementar este recurso al momento de buscar la pérdida de peso es comprender su importancia, por ello, te contamos por qué resulta de mucha ayuda comer despacio:
Ayuda a comer menos al brindar más saciedad, pues ésta sensación aparece en el cuerpo alrededor de los 20 minutos después de la ingesta, por lo tanto, si comemos lentamente, ingeriremos menos alimento antes de sentir plenitud. En un estudio se ha probado esta relación. se ha observado menor nivel de hambre tras una hora de la ingesta si ésta se realiza a menor velocidad.
Mejora la digestión de los alimentos, al darnos más tiempo para masticar y conservar los alimentos en la boca, lugar donde se inicia la digestión de determinados nutrientes y donde se activa el metabolismo para estimular la liberación de hormonas que favorecen el proceso digestivo.
Contribuye a disfrutar de la comida, al permitirnos conectarnos con los sabores y aromas de cada bocado que llevamos a la boca, por lo tanto, favorece la función placentera de la alimentación.
Permite reducir la ansiedad y liberar tensiones, pues al reducir el ritmo de la ingesta nos obligamos a relajarnos y a dejar el estrés a un lado al momento de comer, lo cual sin duda favorece el control de la cantidad que comemos.
Reduce la sensación de hambre, según se ha observado en un estudio en que tras una hora de la ingesta realizada lentamente, el nivel de apetito y hambre era considerablemente inferior.
Favorece la alimentación consciente, es decir, nos ayuda a prestar más atención a lo que comemos y así, cuidaremos con mayor facilidad no sólo la cantidad, sino también, la calidad de nuestra ingesta.
Éstas son buenas razones para comer más despacio y así, favorecer la pérdida de peso mediante el logro de más saciedad, menos hambre y mayor control de nuestra dieta.
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